martes, 5 de marzo de 2019

Sagrada Familia



Por: Rev Diácono Teodoro L. González Serrano

  1. Levántate, toma al niño y a su madre   ( Mt 2,13-15.19-23 )
El Evangelio de San Mateo, nos dice que José, padre de Jesús, en sueños recibe el mensaje del Ángel del Señor, y le ordena que tome al Niño y a su esposa María y huyan a Egipto.

De la Sagrada Familia, José es el de menor dignidad, pero a su vez, es el de mayor autoridad, porque el representa la cabeza de la familia.

Por eso el Ángel se le aparece a él, y le da la orden de partir al exilio, y San José se puso al frente de su familia.

Debemos admirar la humildad y la obediencia de san José, quien conoce quien es el Niño, y tiene conciencia de quien es María, porque así, se lo ha revelado el Ángel Gabriel, y tiene a su cargo el cuidado de Jesús y su Madre.

San José, junto con María, es modelo de obediencia.

"Levántate, toma al niño y a su madre", y San José, obedece de inmediato.
  1. Un viaje penoso, duro y arriesgado
Así es, como José con prontitud, prepara la huida a Egipto, sale esa misma noche con su familia.

Por lo imprevisto, no puede haber salido de muchos recursos para enfrentar el largo viaje.

Cuando nosotros vamos de viaje, llevamos maletas y ropa de más, por si la necesitamos.

Por eso pagamos exceso de equipaje en los aeropuertos.

Debemos considerar, que el viaje no les fue fácil, porque era por el desierto, durante varios días, y con un niño de poca edad.

Era un viaje donde necesitan agua y alimentos básicos para todos.

El viaje, era fuerte, y riesgoso, sin embargo, José pone su fe y confianza en la orden de Dios, y hace los preparativos inmediatamente.

San José, es un ejemplo, para quien dirige su vida por la Palabra de Dios, y se acoge a su voluntad.
  1. De Egipto llamé a mi hijo
Egipto era el país de refugio político, por ser una provincia romana.

En Egipto había muchos judíos, viviendo en colonias y barrios que prestaban ayuda a sus conciudadanos.

Allí, la Sagrada Familia, permaneció hasta el nuevo aviso del Ángel Gabriel.

Así se cumplía, lo que el Señor había pronunciado por su profeta: “De Egipto llamé a mi hijo” (Os 11:1).
  1. Herodes
Herodes, furioso, porque se considero burlado por los Magos, dio la orden de que se "matase en Belén a todos los niños de dos años para abajo", según el tiempo que había identificado de los Magos.

Flaviano Josefo, historiador judío, entre el año 38 y 94, cuenta que Herodes mandó matar
    • a su yerno José
    • a Salomé
    • al sumo sacerdote Hircano II
    • a su mujer Marianne
    • al hermano de ella Aristóbulo
    • a la madre de éstos, Alejandra
    • a los mismos hijos de él
Con estos antecedentes de crueldad, no es de extrañar que mandara a matar a todos los niños de Belén.
  1. Santos inocentes
No se sabe cuantos niños inocentes fueron asesinados, pero la Iglesia Católica, venera a los niños muertos como santos y como mártires, porque perdieron su vida, no sólo por Cristo, sino en vez de Cristo.

También, muchos han muertos por la fe, y aún siguen muriendo por la fe y el amor a Jesús.
  1. José, el carpintero hizo una vida ejemplar
San José, hizo bien la tarea que Dios, le encomendó.    

Como carpintero de Galilea hizo una vida ejemplar y de amor abnegado, y encabezó la familia en la que el Jesús crecía en edad, en sabiduría y en gracia ante Dios y los hombres (lc 2,52).      

Con su obediencia y entrega, San José fue un eslabón, en la historia de la salvación de la humanidad.

Solo Dios sabe, para que, y con quien puede contar en la realización de su plan divino de salvación, y para ello busca hombres sencillos, como el humilde carpintero de Nazaret.

San José demostró su fe y amor a Dios, es sus ocupaciones normales y corrientes de la vida diaria.

Por eso, Dios no nos va a preguntar si hicimos grandes obras, sino, si hicimos bien y con amor la tarea que debemos hacer.

San José lo hizo,
  • dándole amparo a Jesús como padre
  • y dándole sustento a María como su esposo
  1. El pesebre símbolo del hogar
Por eso, El Evangelio nos acerca al pesebre, para contemplar la Sagrada Familia.

El acontecimiento más grande e importante de la historia de la humanidad,
  • sucedió sin espectadores
  • solo nos dice el evangelio, que María da a luz a Jesús
  • y luego llegan los pastores
  • que son los que saben apreciar este acontecimiento
María y José no buscan explicaciones, no desconfían del anuncio de los ángeles, solo hablan de forma clara y sencilla, por eso tienden a creer y a confiar en Dios.

Hoy, la postura de las personas es diferente, porque
  • siempre buscan los motivos para no creer
  • para dudar de todo
  • para complicar las cosas
  • para poner siempre obstáculos y objeciones
Está es la postura del mundo de hoy, que busca siempre una excusa para todo.
  1. Dios es simple
Pero el amor es simple y Dios es simple, El hace las cosas de Su Reino sencillas para todos nosotros.

Pero también pone un velo, entre Sus misterios y nuestro entendimiento.

Es por este motivo, que no debemos querer ver o saber más allá de lo que Dios quiera que veamos.

Dios sólo quiere que creamos en El.

Esta actitud de creer, proviene solamente de un corazón sencillo.

Es creer, con un alma abierta a las cosas del Reino de Dios.

Es no tratar de entender lo que nuestra mente no puede comprender.

Por eso, es muy difícil tener fe en Dios, si queremos procesar todo a través de nuestra razón.

  1. Nuestro orgullo
Pero nuestro orgullo lo complica todo, porque queremos controlarlo todo.  
Dios nos da la gracia de tener una mente desarrollada, pero esa misma mente se puede transformar en la causa de nuestra soberbia, cuando no la sabemos usar.

Somos inteligente, y hemos aprendido mucho a través de la ciencia, pero esa misma ciencia nos enseña muchas cosas que no podemos entender.

Creemos que todo, se puede explicar a través de la ciencia.

El mundo moderno ha desarrollado tanta soberbia, que no ha dejado espacio para las cosas de Dios, que son inexplicables, porque pertenecen al nivel del Pensamiento Divino, al que el hombre jamás puede llegar.

Los pastores nos enseñan, que el camino a Belén es sólo, aceptar, orar, adorar al Señor, y disfrutar de los pequeños detalles de su Reino.

  1. Calor del hogar
Para eso, no debemos dejar, que no se nos escape el calor de hogar, en el pesebre.

Para ello, tenemos que estar a gusto.               
A gusto, se escribe con:
  • A de alegría
  • G de generosidad
  • U de utilidad
  • S de satisfacción
  • T de tolerancia
  • O de orden

La temperatura se mide con un termómetro, que nos indica por grados, si hay frío o calor.

Pero el calor de un hogar, no se puede medir con ningún termómetro.
  • No hay calor de hogar, si no hay alegría, y no hay alegría en una casa llena de gritos y discusiones
  • No hay calor de hogar, si no hay generosidad, y sino hay generosidad todo te molesta
  • No hay calor de hogar, si los hijos no se sienten útiles, no importa la edad que tengan
  • No hay calor de hogar, si no hay satisfacción y siempre se están criticando
  • No hay calor de hogar, si no hay tolerancia y somos intrascendente y pretendemos tener siempre la última palabra, en cualquier asunto
  • No hay calor de hogar, si no hay orden, lo mismo en lo material, que en lo divino

  1. La Virgen es la Reina del Hogar
                                                           
La Virgen María, es la Reina del hogar.                      


Por eso, será Coronada, Reina y Señora de todo lo creado.

En el pesebre, vemos la grandeza de su maternidad.

En el pesebre, la vida aparece en todo su esplendor.

La felicidad sólo es completa, cuando hay alguien con quien compartirla.
La sonrisa de un niño, es como un jardín lleno de flores.
La realidad de las cosas del hogar, no pueden cambiar de un día para otro, pero con los detalles crearemos un hogar en el mundo, hasta hacer del mundo un hogar.

La Sagrada Familia es la iglesia doméstica, modelo de cómo ha de ser cada familia.

Al calor del Hogar de Belén podemos aprender a vivir en familia, y crear ese calor de hogar, en nuestro hogar.

El Hogar de Belén, nos lleva a una entrega sin condiciones
  • José, es modelo de la pronta disponibilidad a lo que Dios nos pide
  • María, es modelo de sumisión al designio divino de la salvación
  • Jesús, se nos muestra con la alegría que produce un niño
En Belén, todo se coloca todo, al servicio de Dios con la humanidad.
Ese servicio es fuente de alegría.
La felicidad viene, cuando buscamos servir a los demás.

Esto nos da energía y entusiasmo para mirar siempre hacia adelante, para no hundirnos ante los fracasos diarios, porque no estamos solos.
  1. El parto
Hoy en día, el decorado del pesebre sería muy diferente.

A la pareja le darían un cuarto en un hospital con aire acondicionado, donde la mujer pudiera dar a luz a su Hijo, con la dignidad que el parto requería.

Del momento del nacimiento de Jesús, no sabemos nada, hay un silencio sobre las circunstancias del momento del parto.

Sólo, el Evangelio dice que María, acostó al niño en un pesebre.

En la actualidad hemos olvidado ese Misterio, que nos proporciona la felicidad del nacimiento del niño Jesús, en el seno de una familia.

  1. La familia
En muchos países, ya no podemos estar seguro del significado de la familia, porque,
  • uno es el que define el diccionario,
  • otro el que da Dios, a través de su Iglesia
  • y otro, que da la humanidad, a través de la legislación del gobierno.
En segundo lugar, en muchos de estos núcleos familiares, nadie invita a Jesús a sus celebraciones, ni nadie le invoca en ellas.

Nuestro Dios, decidió venir a la Tierra, y hacerse presente en la Humanidad, y compartir con ella.

Y Jesús quiso tener una familia.
  • para vivir el amor
  • para ofrecernos su amistad
  • para ser nuestro vecino y amigo

  1. La alegría de la navidad
El mensaje en Navidad no puede ser otro que, Alegría en familia.
  • Alegría para los niños que acaban de nacer
  • Alegría para los que tienen esperanza
  • Alegría para los abandonados por todos
  • Alegría para las madres y padres de familia
  • Alegría, porque Dios ha plantado su tienda en medio de nosotros
  • Alegría, porque en Navidad, Jesús trae alegría para todos
Para otros, la Navidad los pone triste.
  • porque les falta ese ambiente de familia
  • les trae recuerdos de los seres queridos que se fueron
  • Otros recuerdan las navidades que pasó con sus padres, con sus hermanos y amistades
En la Navidad, el amor de Dios se vuelve tan abundante, que vemos que, Dios deja su gloria y se hace niño para estar cerca de nosotros.
Los hombres podemos admirar, adorar y amar, aquellas cosas que podemos abrazar.

Por eso a Dios podemos adorarle fácilmente, porque nos muestra lo mejor que tiene Dios, que es su capacidad de hacerse pequeño, por amor a los pequeños.

Y si en Navidad descubrimos que Dios nos ama y que podemos amarle.

También en Navidad, podemos descubrir cómo amarnos los unos a los otros.

Lo mejor de la Navidad es que en esos días todos nos volvemos unos niños y, por tal motivo tenemos ojos de niños.

Pero, sin la experiencia de un encuentro personal con el Señor, no se da la fe.

  1. Los pastores, los primeros testigos
Sólo este encuentro, hace testigos a los pastores de la Buena Nueva, que pueden dar a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel Niño (Lc 2,17).                                               

El primer fruto del encuentro con Cristo es que: "Todos los que lo oyeron se maravillaban" (Lc 2,18).

El segundo fruto de este encuentro fue que: "Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto" (Lc 2,20).

La adoración del Niño les llena el corazón, para comunicar lo que han visto y oído, y la comunicación de lo que han visto y oído los conduce hasta la alabanza de acción de gracias, y a la glorificación del Señor.

  1. José
También contemplamos a José, que aprende a moverse en los planes divinos, es el hombre de la paciencia.

José es modelo de vida interior. "Al despertarse José hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su esposa, y, sin que la hubiera conocido, dio ella a luz un hijo; y le puso por nombre Jesús."

Él puso el nombre a Jesús, que significa Salvador.

En ese nombre se resumen todo lo profetizado sobre el Mesías en el Antiguo Testamento: el Admirable, el Fuerte, el Padre del siglo venidero, el Príncipe de la paz, el Emmanuel (Dios con nosotros).

José pensaba en el sufrimiento más grande que había tenido en su vida, cuando pensó dejar a María al estar ella embarazada, como narra Mateo (1, 18-24): "José su esposo, como era justo y no quería exponerla a infamia, pensó repudiarla en secreto."

  1. La familia unida
El ángel le habló en sueños… ahora le vuelve a hablar: "Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel" (Mt 2, 19-20).

La Sagrada Familia, juntos para siempre, aunque tengan que ir de un lugar a otro.

Lo importante es estar unidos en el amor de familia.

La familia es y será siempre necesaria, también para Jesús como para nosotros.

Jesús no tiene casa, ni un lugar para dormir, pero tiene una familia.

Su primer milagro lo realizara, para un matrimonio y una familia.

Con esto, Jesús va a reafirmar que las instituciones del matrimonio y la familia, son producto de la voluntad de Dios.

José, obedece los planes divinos, con fidelidad.

  1. Vida familiar
En la vida familiar
  • las relaciones conyugales entre los esposos
  • el cuidado y la educación de los hijos
  • el esfuerzo por sacar económicamente adelante a la familia
  • el trato con los vecinos y otras personas que constituyen la comunidad
  • son situaciones humanas y corrientes, que las familias cristianas deben llevar

Solo así la familia lo llenará todo
  • y compartirá las alegrías y las tristezas
  • a sonreír olvidándose de las propias preocupaciones para atender a los demás
  • a escuchar al otro cónyuge o a los hijos, mostrándoles que de verdad los quieren
  • a pasar por alto roces, que el egoísmo podrá convertir en montañas
  • a poner un gran amor, en los pequeños servicios, de la convivencia familiar diaria
Como consecuencia, todo esto nos ayuda a santificar el matrimonio y a santificarnos en esa unión.


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