Por: Rev Diácono Teodoro L. González Serrano
- Levántate, toma al niño y a su madre ( Mt 2,13-15.19-23 )
El Evangelio de San
Mateo, nos dice que José, padre de Jesús, en sueños recibe el
mensaje del Ángel del Señor, y le ordena que tome al Niño y a su
esposa María y huyan a Egipto.
De la Sagrada
Familia, José es el de menor dignidad, pero a su vez, es el de mayor
autoridad, porque el representa la cabeza de la familia.
Por eso el Ángel se
le aparece a él, y le da la orden de partir al exilio, y San José
se puso al frente de su familia.
Debemos admirar la
humildad y la obediencia de san José, quien conoce quien es el Niño,
y tiene conciencia de quien es María, porque así, se lo ha revelado
el Ángel Gabriel, y tiene a su cargo el cuidado de Jesús y su
Madre.
San José, junto con
María, es modelo de obediencia.
"Levántate,
toma al niño y a su madre", y San José, obedece de inmediato.
- Un viaje penoso, duro y arriesgado
Así es, como José
con prontitud, prepara la huida a Egipto, sale esa misma noche con su
familia.
Por lo imprevisto,
no puede haber salido de muchos recursos para enfrentar el largo
viaje.
Cuando nosotros
vamos de viaje, llevamos maletas y ropa de más, por si la
necesitamos.
Por eso pagamos exceso de
equipaje en los aeropuertos.
Debemos considerar,
que el viaje no les fue fácil, porque era por el desierto, durante
varios días, y con un niño de poca edad.
Era un viaje donde
necesitan agua y alimentos básicos para todos.
El viaje, era
fuerte, y riesgoso, sin embargo, José pone su fe y confianza en la
orden de Dios, y hace los preparativos inmediatamente.
San José, es un
ejemplo, para quien dirige su vida por la Palabra de Dios, y se acoge
a su voluntad.
- De Egipto llamé a mi hijo
Egipto era el país
de refugio político, por ser una provincia romana.
En Egipto había
muchos judíos, viviendo en colonias y barrios que prestaban ayuda a
sus conciudadanos.
Allí, la Sagrada
Familia, permaneció hasta el nuevo aviso del Ángel Gabriel.
Así se cumplía, lo
que el Señor había pronunciado por su profeta: “De Egipto llamé
a mi hijo” (Os 11:1).
- Herodes
Herodes, furioso,
porque se considero burlado por los Magos, dio la orden de que se
"matase en Belén a todos los niños de dos años para abajo",
según el tiempo que había identificado de los Magos.
Flaviano Josefo,
historiador judío, entre el año 38 y 94, cuenta que Herodes mandó
matar
- a su yerno José
- a Salomé
- al sumo sacerdote Hircano II
- a su mujer Marianne
- al hermano de ella Aristóbulo
- a la madre de éstos, Alejandra
- a los mismos hijos de él
Con estos
antecedentes de crueldad, no es de extrañar que mandara a matar a
todos los niños de Belén.
- Santos inocentes
No se sabe cuantos
niños inocentes fueron asesinados, pero la Iglesia Católica, venera
a los niños muertos como santos y como mártires, porque perdieron
su vida, no sólo por Cristo, sino en vez de Cristo.
También, muchos han
muertos por la fe, y aún siguen muriendo por la fe y el amor a
Jesús.
- José, el carpintero hizo una vida ejemplar
San José, hizo bien
la tarea que Dios, le encomendó.
Como carpintero de
Galilea hizo una vida ejemplar y de amor abnegado, y encabezó la
familia en la que el Jesús crecía en edad, en sabiduría y en
gracia ante Dios y los hombres (lc 2,52).
Con su obediencia y
entrega, San José fue un eslabón, en la historia de la salvación
de la humanidad.
Solo Dios sabe, para
que, y con quien puede contar en la realización de su plan divino de
salvación, y para ello busca hombres sencillos, como el humilde
carpintero de Nazaret.
San José demostró
su fe y amor a Dios, es sus ocupaciones normales y corrientes de la
vida diaria.
Por eso, Dios no nos
va a preguntar si hicimos grandes obras, sino, si hicimos bien y con
amor la tarea que debemos hacer.
San José lo hizo,
- dándole amparo a Jesús como padre
- y dándole sustento a María como su esposo
- El pesebre símbolo del hogar
Por eso, El
Evangelio nos acerca al pesebre, para contemplar la Sagrada Familia.
El acontecimiento
más grande e importante de la historia de la humanidad,
- sucedió sin espectadores
- solo nos dice el evangelio, que María da a luz a Jesús
- y luego llegan los pastores
- que son los que saben apreciar este acontecimiento
María y José no
buscan explicaciones, no desconfían del anuncio de los ángeles,
solo hablan de forma clara y sencilla, por eso tienden a creer y a
confiar en Dios.
Hoy, la postura de
las personas es diferente, porque
- siempre buscan los motivos para no creer
- para dudar de todo
- para complicar las cosas
- para poner siempre obstáculos y objeciones
Está es la postura
del mundo de hoy, que busca siempre una excusa para todo.
- Dios es simple
Pero el amor es
simple y Dios es simple, El hace las cosas de Su Reino sencillas para
todos nosotros.
Pero también pone
un velo, entre Sus misterios y nuestro entendimiento.
Es por este motivo,
que no debemos querer ver o saber más allá de lo que Dios quiera
que veamos.
Dios sólo quiere
que creamos en El.
Esta actitud de
creer, proviene solamente de un corazón sencillo.
Es creer, con un
alma abierta a las cosas del Reino de Dios.
Es no tratar de entender
lo que nuestra mente no puede comprender.
Por eso, es muy
difícil tener fe en Dios, si queremos procesar todo a través de
nuestra razón.
- Nuestro orgullo
Pero nuestro orgullo
lo complica todo, porque queremos controlarlo todo.
Dios nos da la
gracia de tener una mente desarrollada, pero esa misma mente se puede
transformar en la causa de nuestra soberbia, cuando no la sabemos
usar.
Somos inteligente, y
hemos aprendido mucho a través de la ciencia, pero esa misma ciencia
nos enseña muchas cosas que no podemos entender.
Creemos que todo, se puede
explicar a través de la ciencia.
El mundo moderno ha
desarrollado tanta soberbia, que no ha dejado espacio para las cosas
de Dios, que son inexplicables, porque pertenecen al nivel del
Pensamiento Divino, al que el hombre jamás puede llegar.
Los pastores nos
enseñan, que el camino a Belén es sólo, aceptar, orar, adorar al
Señor, y disfrutar de los pequeños detalles de su Reino.
- Calor del hogar
Para eso, no debemos
dejar, que no se nos escape el calor de hogar, en el pesebre.
Para ello, tenemos
que estar a gusto.
A gusto, se escribe
con:
- A de alegría
- G de generosidad
- U de utilidad
- S de satisfacción
- T de tolerancia
- O de orden
La temperatura se
mide con un termómetro, que nos indica por grados, si hay frío o
calor.
Pero el calor de un
hogar, no se puede medir con ningún termómetro.
- No hay calor de hogar, si no hay alegría, y no hay alegría en una casa llena de gritos y discusiones
- No hay calor de hogar, si no hay generosidad, y sino hay generosidad todo te molesta
- No hay calor de hogar, si los hijos no se sienten útiles, no importa la edad que tengan
- No hay calor de hogar, si no hay satisfacción y siempre se están criticando
- No hay calor de hogar, si no hay tolerancia y somos intrascendente y pretendemos tener siempre la última palabra, en cualquier asunto
- No hay calor de hogar, si no hay orden, lo mismo en lo material, que en lo divino
- La Virgen es la Reina del Hogar
La Virgen María, es
la Reina del hogar.
Por eso, será
Coronada, Reina y Señora de todo lo creado.
En el pesebre, vemos
la grandeza de su maternidad.
En el pesebre, la
vida aparece en todo su esplendor.
La felicidad sólo es
completa, cuando hay alguien con quien compartirla.
La sonrisa de un
niño, es como un jardín lleno de flores.
La realidad de las
cosas del hogar, no pueden cambiar de un día para otro, pero con los
detalles crearemos un hogar en el mundo, hasta hacer del mundo un
hogar.
La Sagrada Familia es la
iglesia doméstica, modelo de cómo ha de ser cada familia.
Al calor del Hogar
de Belén podemos aprender a vivir en familia, y crear ese calor de
hogar, en nuestro hogar.
El Hogar de Belén,
nos lleva a una entrega sin condiciones
- José, es modelo de la pronta disponibilidad a lo que Dios nos pide
- María, es modelo de sumisión al designio divino de la salvación
- Jesús, se nos muestra con la alegría que produce un niño
En Belén, todo se
coloca todo, al servicio de Dios con la humanidad.
Ese servicio es fuente de
alegría.
La felicidad viene,
cuando buscamos servir a los demás.
Esto nos da energía
y entusiasmo para mirar siempre hacia adelante, para no hundirnos
ante los fracasos diarios, porque no estamos solos.
- El parto
Hoy en día, el
decorado del pesebre sería muy diferente.
A la pareja le
darían un cuarto en un hospital con aire acondicionado, donde la
mujer pudiera dar a luz a su Hijo, con la dignidad que el parto
requería.
Del momento del
nacimiento de Jesús, no sabemos nada, hay un silencio sobre las
circunstancias del momento del parto.
Sólo, el Evangelio
dice que María, acostó al niño en un pesebre.
En la actualidad
hemos olvidado ese Misterio, que nos proporciona la felicidad del
nacimiento del niño Jesús, en el seno de una familia.
- La familia
En muchos países,
ya no podemos estar seguro del significado de la familia, porque,
- uno es el que define el diccionario,
- otro el que da Dios, a través de su Iglesia
- y otro, que da la humanidad, a través de la legislación del gobierno.
En segundo lugar, en
muchos de estos núcleos familiares, nadie invita a Jesús a sus
celebraciones, ni nadie le invoca en ellas.
Nuestro Dios,
decidió venir a la Tierra, y hacerse presente en la Humanidad, y
compartir con ella.
Y Jesús quiso tener
una familia.
- para vivir el amor
- para ofrecernos su amistad
- para ser nuestro vecino y amigo
- La alegría de la navidad
El mensaje en
Navidad no puede ser otro que, Alegría en familia.
- Alegría para los niños que acaban de nacer
- Alegría para los que tienen esperanza
- Alegría para los abandonados por todos
- Alegría para las madres y padres de familia
- Alegría, porque Dios ha plantado su tienda en medio de nosotros
- Alegría, porque en Navidad, Jesús trae alegría para todos
Para otros, la
Navidad los pone triste.
- porque les falta ese ambiente de familia
- les trae recuerdos de los seres queridos que se fueron
- Otros recuerdan las navidades que pasó con sus padres, con sus hermanos y amistades
En la Navidad, el
amor de Dios se vuelve tan abundante, que vemos que, Dios deja su
gloria y se hace niño para estar cerca de nosotros.
Los hombres podemos
admirar, adorar y amar, aquellas cosas que podemos abrazar.
Por eso a Dios
podemos adorarle fácilmente, porque nos muestra lo mejor que tiene
Dios, que es su capacidad de hacerse pequeño, por amor a los
pequeños.
Y si en Navidad
descubrimos que Dios nos ama y que podemos amarle.
También en Navidad,
podemos descubrir cómo amarnos los unos a los otros.
Lo mejor de la
Navidad es que en esos días todos nos volvemos unos niños y, por
tal motivo tenemos ojos de niños.
Pero, sin la
experiencia de un encuentro personal con el Señor, no se da la fe.
- Los pastores, los primeros testigos
Sólo este
encuentro, hace testigos a los pastores de la Buena Nueva, que pueden
dar a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel Niño (Lc
2,17).
El primer fruto del encuentro con Cristo es que: "Todos los que lo oyeron se maravillaban" (Lc 2,18).
El segundo fruto de
este encuentro fue que: "Los pastores se volvieron glorificando
y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto" (Lc
2,20).
La adoración del
Niño les llena el corazón, para comunicar lo que han visto y oído,
y la comunicación de lo que han visto y oído los conduce hasta la
alabanza de acción de gracias, y a la glorificación del Señor.
- José
También
contemplamos a José, que aprende a moverse en los planes divinos, es
el hombre de la paciencia.
José es modelo de
vida interior. "Al despertarse José hizo como el ángel del
Señor le había mandado, y recibió a su esposa, y, sin que la
hubiera conocido, dio ella a luz un hijo; y le puso por nombre
Jesús."
Él puso el nombre a
Jesús, que significa Salvador.
En ese nombre se
resumen todo lo profetizado sobre el Mesías en el Antiguo
Testamento: el Admirable, el Fuerte, el Padre del siglo venidero, el
Príncipe de la paz, el Emmanuel (Dios con nosotros).
José pensaba en el
sufrimiento más grande que había tenido en su vida, cuando pensó
dejar a María al estar ella embarazada, como narra Mateo (1, 18-24):
"José su esposo, como era justo y no quería exponerla a
infamia, pensó repudiarla en secreto."
- La familia unida
El ángel le habló
en sueños… ahora le vuelve a hablar: "Levántate, toma
contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la tierra de
Israel" (Mt 2, 19-20).
La Sagrada Familia,
juntos para siempre, aunque tengan que ir de un lugar a otro.
Lo importante es estar
unidos en el amor de familia.
La familia es y será
siempre necesaria, también para Jesús como para nosotros.
Jesús no tiene
casa, ni un lugar para dormir, pero tiene una familia.
Su primer milagro lo
realizara, para un matrimonio y una familia.
Con esto, Jesús va
a reafirmar que las instituciones del matrimonio y la familia, son
producto de la voluntad de Dios.
José, obedece los planes
divinos, con fidelidad.
- Vida familiar
En la vida familiar
- las relaciones conyugales entre los esposos
- el cuidado y la educación de los hijos
- el esfuerzo por sacar económicamente adelante a la familia
- el trato con los vecinos y otras personas que constituyen la comunidad
- son situaciones humanas y corrientes, que las familias cristianas deben llevar
Solo así la familia
lo llenará todo
- y compartirá las alegrías y las tristezas
- a sonreír olvidándose de las propias preocupaciones para atender a los demás
- a escuchar al otro cónyuge o a los hijos, mostrándoles que de verdad los quieren
- a pasar por alto roces, que el egoísmo podrá convertir en montañas
- a poner un gran amor, en los pequeños servicios, de la convivencia familiar diaria
Como consecuencia, todo
esto nos ayuda a santificar el matrimonio y a santificarnos en esa
unión.
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