Por: Rev. Diac. Teodoro L. González Serrano
"El que este libre de pecado, que tire la primera piedra." (Jn 8, 1-11)
- "Entonces se sentó..."
"Jesús se
retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en
el Templo, donde la multitud se le acercaba. Y El, sentado entre
ellos, les enseñaba".
Se acercaban los
días de la fiesta de los judíos, llamada fiesta de los Tabernáculos
(Jn 7, 2).
Jesús, cuando
estaba en Jerusalén, se retiraba a pasar la noche y orar en
- el monte de los Olivos (Mt 24, 3 y Mt 26, 30)
- y en el monte de Getsemaní
Este Evangelio de Juan nos
narra varios detalles importantes
- que Jesús, fue muy de mañana fue al templo, para enseñar
- que: “la multitud se acercaba a Él”
- que, Jesús estaba en uno de los atrios del templo “Entonces se sentó y comenzó a enseñarles”
Cuando el Niño
Jesús, se perdió y su Madre María y José lo buscaban, nos dice Lc
2, 46: "Después de tres días lo hallaron en el Templo, sentado
en medio de los Maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles
preguntas".
Con esto, Juan en su
Evangelio, que Jesús se sentó, para resaltar, que Jesús escribía
con su dedo en la tierra.
- Le trajeron a la mujer...
En esta situación,
“Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer que había
sido
sorprendida en adulterio”.
La traían para
juzgarla y comprometer a Jesús con el cumplimiento de la Ley.
Para la multitud, el
delito del que la acusan, lo dan por verdad aun sin presentar
testigos, y sin celebrar un juicio.
- “...decían esto para ponerlo a prueba, a fin de poder acusarlo.”
Le alegan lo que
dice la Ley de Moisés:
- Levítico 20:10 dice: "El hombre que comete adulterio con una mujer casada, el hombre que lo comete con la mujer de su prójimo morirá: el adúltero y la adúltera juntos"
- Deuteronomio 22, 23: "Si se sorprende a un hombre acostado con una mujer casada, morirán los dos, el adúltero y la adúltera. Así harás desaparecer el mal de Israel"
- ¿Donde está el hombre adultero?
Del Evangelio de san
Juan, surge la pregunta
- ¿Dónde estaba el hombre con el cual se cometía el adulterio?
También él tenía
que responder por la falta.
Quizás estaba
oculto entre la multitud.
La acusada esta sola
e indefensa ante la acusación.
La multitud
consideraba su conducta como un acto vergonzoso y la condenaban, pero
no lo condenan a él.
Los escribas y
fariseos, intentan tenderle una trampa a Jesús, enfrentándolo al
pueblo y hacerlo parecer que quebranta la ley, y así tener motivos
para acusarlo y condenarlo.
- Le preguntan.
Le dijeron:
"Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio.
Moisés nos manda en la Ley apedrear a estas mujeres".
Le hacen, la
pregunta: “Y tú, ¿qué dices?".
Con esto Jesús
- si aprobaba la legislación mosaica, su misericordia quedaba en duda
- si no la aprobaba, lo acusarían de ir contra la Ley de Moisés
En cualquiera de los
dos casos, la pena de muerte era de competencia exclusiva del
procurador romano.
- En Jn 18, 31 cuando llevaron a Jesús ante Pilato, este les dijo: "Llévenselo y júzguenlo según su ley.
- Los judíos contestaron: No tenemos autorización para aplicar pena de muerte"
- "Inclinándose, escribía con el dedo..."
Jesús, que estaba
sentado, inclinándose, escribía con el dedo en tierra.
¿Qué significado tiene
esto?
El sentido de este
gesto lo podemos ver en Lc 12, 13-14 que dice: "Uno de la
multitud le dijo: Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo
nuestra herencia. El le contestó: Amigo, ¿quien me ha hecho juez o
partidor de herencia entre ustedes?
Con la adultera,
Jesús, no quería intervenir en un asunto que le proponen y que
venia con trampa.
Ya vendrá, como Justo
Juez en el Juicio Final, para juzgar a toda la humanidad.
- "Aquel que no tenga pecado..."
Por eso ellos
insistían en preguntarle.
Jesús les da una
lección de justicia y de misericordia.
E incorporándose en
su asiento, sin ponerse de pie, mirándolos, les dijo: "Aquél
de ustedes que no tenga pecado, que arroje la primera piedra".
Y siguió escribiendo en
el suelo.
Aquí hace
referencia en la Ley
- Deuteronomio 13, 9-10 referente a los que te quieren apartar de la fe: "No tendrás piedad de él, no lo perdonaras ni lo encubrirás, sino que lo denunciaras. Tu mano será la primera en caer sobre él para darle muerte, y después lo hará todo el pueblo. Lo apedrearan hasta que muera, porque trató de apartare de Yahvé, tu Dios..."
- Deuteronomio 17, 7 referente a un hombre o una mujer hacen lo que desagrada a Yahvé, o sirven a otros dioses... en cuanto te lo denuncien o en cuanto lo aprendas, empezaras por investigar bien todo. Si compruebas que esta abominación se ha cometido en Israel, sacaras a las puertas de la ciudad al hombre o a la mujer que cometieron esta fechoría, y los apedrearas hasta que mueran. Pero exigirás las declaraciones de dos o tres testigos para condenarlos a muerte. Nadie será condenado a muerte por la acusación de un solo testigo. La mano de los testigos será la primera en tirar piedras para matarlo. Después, todo el pueblo acabará de apedrearlo. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti"
Mas tarde, será
Jesús quien los condene, al hacer referencia a las siete maldiciones
contra los fariseos.
- En Mt 23, 27 dice: “¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos hipócritas! Pues ustedes son semejantes a sepulcros bien pintados que tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y de toda clase de podredumbre. Ustedes también aparecen exteriormente como hombres religiosos, pero en su interior están llenos de hipocresía y de maldad".
- "Empiezan a marcharse..."
Al escuchar su
palabra, que tenia sentido de acusación, empezaron a marcharse los
acusadores, uno a uno, comenzando por los más ancianos.
Como siempre
- los más jóvenes, son los que quieren mostrarse más celosos con el cumplimiento de la Ley
- los más ancianos, con más experiencia de la vida, son los primeros en salirse de aquella situación
Y también en su
vida más larga, su conciencia les recordaba su mayor numero de
pecados.
- "Jesús se quedo solo..."
Los que estaban
antes escuchando a Jesús, y la turba que trajeron a la mujer,
desaparecen y solo quedan Jesús y la mujer adúltera.
Aprendemos de este
Evangelio sobre la justicia divina:
- de la justicia contra los acusadores, "En la medida que juzguéis, serás juzgado"
- y la gran misericordia del Padre y del Hijo
Si la turba no tenia
medios para condenarla, tampoco lo hará Jesús, que vino a salvarnos
y a perdonarnos.
Por eso le dijo:
"Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Nadie te ha
condenado?". Ella le respondió: "Nadie, Señor". Y
Jesús le dijo: "Yo tampoco te condeno. Vete y ya no vuelvas a
pecar".
- La justicia
El Salmo 42, 1 nos
dice: "Hazme justicia y defiende mi causa del hombre sin piedad:
de la gente tramposa y depravada líbrame, tú, Señor. Tú eres mi
Dios y protector".
Toda la humanidad
pide un clamor por la justicia, por la paz, y por el respeto entre
todos los hombres.
Este deseo interno
de construir un mundo más justo, en el que se respete más al
hombre, es porque fuimos creado a la imagen y semejanza por Dios.
Esto es parte
fundamental del deseo de justicia que existe en el corazón
cristiano.
Por eso, toda la
predicación de Jesús es un llamado a la justicia y a la
misericordia en el mundo.
Jesús, que ve en
nuestros corazones, ve el arrepentimiento de ella, y le dice. “Vete,
y no vuelvas a pecar".
Y la adúltera se
encontró a si misma con:
- la vergüenza de haber sido sorprendida en el pecado;
- estar a punto de morir apedreada;
- el perdón de Jesús;
- recuperar la gracia de Dios;
- un cambio de su vida de pecado;
- volver a ser hija de Dios.
- El nos perdona
La respuesta de
Jesús, dejo confundido a la multitud que le querían comprometer
- por una parte, se puso del lado de la ley, por tanto, ya no podían acusarlo de quebrantar la ley
- por otra parte, perdona a la acusada del mismo pecado que la condenaban
Jesús con su bondad
y misericordia, confunde a los hipócritas acusadores.
Aprendemos del
Evangelio,
- que Jesús siempre es bondadoso, amable, misericordioso y compasivo con los pecadores
- pero al mismo tiempo es fuerte con los soberbios y los hipócritas
Jesús se nos
muestra misericordioso, y lo demuestra con su perdón en la mujer
acusada.
Si Jesús hubiese
condenado a la mujer, esta habría sido lapidada hasta morir.
Con esto nos enseña,
que nadie esta condenado a morir por haber pecado.
No hay pecado que el
Señor no perdone, si acudimos a El con verdadero arrepentimiento.
Lo que mira Jesús,
no es lo grave de nuestro pecado, sino que mira la sinceridad de
nuestro arrepentimiento.
Nos dice, "Vuelvan
a mí de todo corazón, porque soy bondadoso y compasivo"
Nos dice el Salmo
32, 1-2 "Dichoso el que es absuelto de pecado y se encuentra sin
culpa. Dichoso el hombre a quien Dios no le nota culpa alguna, y en
cuyo corazón no se halla engaño".
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