sábado, 9 de marzo de 2019

Padre Nuestro de Dios



Hijo mío que estás en la tierra, preocupado, solitario, desorientado.
Yo conozco perfectamente tu nombre, y lo pronuncio santificándolo porque te amo.


No. No estás solo, sino habitado por mí, y juntos construiremos este Reino, del que tú vas a ser heredero.

Me gustas que hagas mi voluntad, porque mi voluntad es que tú seas feliz. 

Cuenta siempre conmigo y tendrás el pan para hoy. No te preocupes. Sólo te pido que sepas compartirlo con tus hermanos.

Sabes que te perdono de todas tus ofensas antes incluso que las cometas,
porque te pido que hagas lo mismo con los que a ti te ofenden. 
Para que nunca caigas en la tentación tómate fuerte de mi mano y Yo te libraré del mal.

Te quiere desde siempre,

Tu Padre.

Dios

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